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Capítulo IV- Manifestaciones |
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Capítulo IV: Manifestaciones
Gótico Francés
Francia supuso, tal como hemos visto a lo largo de este trabajo monográfico, el punto de origen del estilo gótico y el lugar desde donde se fue gestando esta manifestación para difundirse luego por toda Europa.
Preclásico
El primer intento de arquitectura gótica se produjo en Saint Denis mediante las manifestaciones del abad de Suger.
Siguiendo el ejemplo de Saint Denis, en la segunda mitad del siglo XII, se erigieron varios edificios que respondieron a un estilo gótico primitivo. En la catedral de Laon (1156-1160) y en la de Notre Dame de París (1163), se ensayó una mayor elevación de la nave central y la luz se convirtió en el ícono dominante. Inicialmente, en ambas se utilizaros bóvedas sexpartitas, sistema prematuramente abandonado gracias a la introducción de un nuevo elemento, el arbotante, utilizado por primera vez en 1180 en Notre Dame de París, que permitió dirigir los empujes desde las bóvedas hasta los contrafuertes exteriores, consiguiéndose la apertura de grandes vanos. Paralelamente se inició la construcción de la catedral de Chartres, que introdujo la eliminación de las tribunas sobre las naves laterales y la utilización de bóvedas de crucería simple.
Clásico
El gótico clásico eliminó ciertos aspectos que se sustrajeron del estilo románico, obteniendo mayor altura a través de un piso con grandes ventanales, el cual permitió el acceso de la luz de forma semi vertical. El arco apuntado, la bóveda de crucería con nervios y los arbotantes quedaron establecidos en el "primer gótico" o "gótico primitivo" como sistemas constructivos óptimos para alcanzar el objetivo del gótico. Sin embargo, en esta etapa, se confirma la tipología de tres niveles en alzado (arcadas, triforio y claristorio), eliminando el nivel de la tribuna, presente en el románico. Así mismo, la catedral había de constar, como mínimo, de tres naves longitudinales (una central y dos laterales) que en la cabecera se transformarían en un ábside (que cierra la nave central) y en un deambulatorio (uniendo las dos naves laterales). En este espacio semicircular también llamado girola se disponían las capillas radiales. Por su parte, el transepto se remarcó, alargando en planta el brazo transversal de la cruz latina. Otro de los rasgos más decisivos del gótico clásico es la creación de la fachada armónica: un cuerpo central, enmarcado por dos torres, y que alberga en lo alto una ventana de forma circular: el rosetón.

(Notre Dame)
Gótico Radiante
El llamado gótico radiante o “rayonnant”, nomenclado de esta manera debido a la importancia de los efectos lumínicos dentro de los seos, apareció con la Catedral de Beauvais, comenzada en 1225, un año antes de la llegada al trono del rey Luis IX de Francia. La misma poseía una nave de más de cuarenta y ocho metros, la cual manifestaba dos gigantescos pisos de arquerías con grandes e impetuosos ventanales. Además, se produjo un aumento de los vanos, los cuales se llenaron de vidrieras, alcanzando, la luz del interior de las catedrales, una gran vistosidad por los colores vivos empleados, sobre todo el azul oscuro y el rubí. Los muros de éste periodo, por su parte, se caracterizaron por presentar enormes rosetones radiales.

(Saint Chapelle)
Gótico Flamígero
El gótico flamígero (flamboyant) fue la última etapa del arte gótico, y se desarrolló durante la última mitad del siglo XIV y la primera del siglo XV. Se caracterizó por no contar con un centro difusor, lo que contribuyó al reinado de la diversidad estética.
El estilo se manifestó fundamentalmente en detalles arquitectónicos, como los rosetones de las fachadas, más que en la estructura de los edificios. Pueden destacarse algunos elementos que caracterizaron al gótico flamígero, esto son:
•Profusión de lo decorativo sobre lo estructural, como los arcos decorados con motivos vegetales
•Uso de curvas y contracurvas
•Tracería ondulada
•Utilización del arco conopial
•Bóveda con multiplicidad de nervios, abanicados o estrellados.
•Eliminación de los capiteles.
•Torres con novedosos chapiteles y flechas.
Las tres características más acusadas, sin embargo, son el barroquismo de la decoración exterior de las fachadas (puertas y ventanales), la eliminación de los obstáculos visuales que perjudicaban el aspecto ascensional, y la complejidad decorativa de las bóvedas de crucería que incorporan infinidad de nervios trazando figuras geométricas mediante terceletes, arcos combinados, etc.

(Notre Dame de L'pine)
Gótico Inglés
La arquitectura gótica inglesa siguió una evolución independiente a la del resto del continente europeo. A finales del siglo XII comenzó a sustituir al estilo normando reinante (denominación que recibe en este país el estilo románico) y se prolongó un siglo luego de que en Florencia se introdujera el estilo renacentista a principios del siglo XVI.
Primer Gótico
El primer gótico inglés se formó con la entrada de la arquitectura gótica en el Reino de Inglaterra y transcurrió desde finales del siglo XII hasta mediados del siglo XIII, según los reinados monárquicos de la época.
En este período inicial, las formas francesas normandas tradujeron, en el sentido ornamental, la lógica estructural románica francesa para desplegar en horizontal superficies vastas y muy decoradas.

(Catedral de Salisbury, Inglaterra)
Gótico Curvilíneo
La segunda fase, llamada gótico curvilíneo, se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIII y la primera del siglo XIV, ya libre de la influencia francesa: la tendencia decorativa del gótico inglés se fue acentuando dando lugar al llamado "estilo decorado", que se tuvo lugar desde 1230, y que se conformó como el gótico internacional de inspiración íntegramente inglesa, emancipado de los influjos franceses, e históricamente marcado por el conflicto de la guerra de los Cien Años.
Durante esta etapa, se fortaleció la utilización del arco conopial, las ventanas con tracería y la construcción de salas capitulares de forma poligonal.
Ejemplos de este estilo las bóvedas estrelladas de Gloucester, y las Catedrales de Wells, Canterbury, Bristol y Winchester.

(Catedral de Wells)
Gótico Perpendicular
Desde principios del siglo XV hasta los comienzos del XVI se generalizó el llamado estilo gótico vertical o perpendicular: a partir de 1350 el uso de las bóvedas de abanico que permitían el desarrollo de estructuras ligeras sin arbotantes, dio lugar al llamado "estilo perpendicular" caracterizado por complicadísimos entrelazados de nervaduras en las bóvedas y una profusa ornamentación. A finales del siglo XIV se desarrolló el "subestilo Tudor" nacido a partir del uso del arco Tudor. El gótico en esta modalidad adquiere valor de estilo nacional inglés, aflorando en la historia arquitectónica del Reino Unido a través del período romántico de la arquitectura "neogótica" o "historicista" de finales del siglo XIX.
Esta etapa representó la fase del gótico tardío inglés, caracterizado por las bóvedas de abanico, y el uso de molduras verticales en los muros y tracerías. Las obras más representativas se encuentran en las universidades de Oxford y Cambridge, la iglesia de San Jorge en Windsor y la de Enrique VII, en la abadía de Westminster. Durante el gótico perpendicular existió también un gran desarrollo de la arquitectura civil.
Gótico Alemán
En los países germánicos la evolución de la arquitectura fue compleja, en primer lugar por la pervivencia del espíritu románico y, en segundo, a causa de la proximidad con Francia. Esto hizo que Alemania fuese uno de los países que mejor asimiló, junto al caso español, el espíritu gótico, caracterizado por edificios de gran altura y realzados por formas puntiagudas y caladas en sus altas torres y gabletes.
Las primeras obras de este estilo tuvieron lugar a mediados del siglo XIII, cual evidentes copias de los modelos franceses de Chartres, Reims y Amiens, observable en las catedrales de Colonia (1240), Bamberg (1248), o Estrasburgo, las cuales contaron, además, con la intervención de artistas franceses.
Sin embargo, en el siglo XIV, lograron, los arquitectos alemanes, crear un nuevo modelo en las iglesias denominadas "plantas de salón", donde las naves dispuestas a la misma altura, unificaron el espacio produciendo una sensación de diafanidad que no se había conseguido en los modelos franceses. El rasgo más peculiar del arte ojival alemán, es la manifestación de esbeltas torres rematadas con agujas caladas, algunas decoradas ya según el gusto flamígero. Esta visión del espacio se aplicó también en el llamado gótico tardío de los siglos XV. El ejemplo más temprano de esta tipología es la catedral de Minden.

(Catedral de Colonia)
Gótico en los países Bajos
Por su situación geográfica, estos países recibieron de forma temprana y directa el estilo gótico francés. Su gran prosperidad durante el siglo XV, explica la suntuosidad de su arquitectura gótica flamígera. A diferencia de las demás naciones, aquí Predominó la arquitectura civil, en la que una burguesía acomodada, agrupada en gremios de artes y oficios, levantaba casas corporativas y soberbios ayuntamientos. También se crearon viviendas particulares, que se caracterizaron por el remate denominado de piñón, con forma escalonada y triangular, de gran altura, con tejados altos y de gran pendiente.
Gótico Italiano
En Italia, frecuentemente se rechazaron las innovaciones técnicas y estéticas del gótico europeo, a tal punto de desestimar el arco apuntado y continuar empleando el de medio punto. Además, existió una tendencia a la horizontalidad, con edificios sin arbotantes y espacios desahogados con moderada luminosidad, a consecuencia de presentar menos vidrieras que en el resto de los edificios ojivales. En cuanto a las torres, las mismas se separaron de la construcción al tiempo que las fachadas ocuparon casi todo el exterior, ocultando la estructura interna. Un claro ejemplo de estas obras es el Duomo de Milán, mencionado en las primeras páginas de la presente composición.
Gótico Ibérico
El estilo gótico se desarrolló en España bajo el influjo directo de Francia; en los primeros momentos a través de la fase cisterciense o pregótica que, desde finales del siglo XII, penetró en Castilla; la llegada de los cistercienses en 1131, llamados por Alfonso VII, y la rápida implantación de sus monasterios, influyeron en gran medida en el último románico español.
Las primeras manifestaciones que pueden ser consideradas góticas, se produjeron durante el último tercio del siglo XII. Después, en la primera fase propiamente gótica, a finales del siglo XIII, y en virtud de las estrechas relaciones que hubo entre las coronas de Castilla y Francia, se consolidó el gótico en su fase más clásica, unificando las diversas tendencias que habían florecido en la etapa anterior; en esta primera época, el estilo gótico español, participó de las características e influencias que habían llegado a la Península desde los grandes centros europeos.
Gótico Manuelino
El manuelino, fue un estilo arquitectónico portugués desarrollado durante el reinado de Manuel I de Portugal. Surgió como una variación portuguesa del estilo gótico final, así como del arte luso-morisco o mudéjar, marcado por una sistematización de motivos iconográficos propios, de gran porte, simbolizando el poder real.
En lo que concierne a la arquitectura propiamente dicha, el estilo Manuelino no enmascaraba la estructura de los edificios ya que los mantenía libres de ornamentación innecesaria: las paredes exteriores e interiores estaban generalmente desnudas, concentrándose la decoración en determinados elementos estructurales, como ventanas, portadas, arcos de triunfo, techos, bóvedas, pilares y columnas. A pesar de que se manifestaba esencialmente ornamental, el Manuelino se caracterizó también por la aplicación de determinadas fórmulas técnicas en alturas, como las bóvedas poli nervadas a partir de las ménsulas.
Gótico Isabelino
Fue un estilo gótico en transición al renacimiento que se desarrolló especialmente en la Corona de Castilla durante el reinado de los Reyes Católicos. El estilo isabelino introdujo varios elementos decorativos de la tradición castellana y algunos ornamentos de influencia islámica. Muchos de los edificios que se construyeron en este período fueron encargos de los Reyes Católicos o bien estuvieron de algún modo patrocinados por ellos. Como característica más evidente predominaron los motivos heráldicos y epigráficos, los cuales hacían referencia a los monarcas.
Independientemente de las características ambientales de los interiores, el gótico proporcionó sistemas estructurales de de gran eficacia. Precisamente el estilo ojival francés sufrió, en la Península, una serie de modificaciones relacionadas con la tradición local: ventanas mucho más pequeñas de las que permite el sistema constructivo, pendientes mucho menos pronunciadas, y cubiertas planas, que lograron la composición de un estilo original respetuoso de las cualidades del gótico original.
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